viernes, 26 de junio de 2009

Urbanizaciones Sustentables: El valor de la evaluación ambiental en la planificación y gestión del desarrollo urbano

El crecimiento sostenido de las poblaciones costeras, la presión para construir nuevos desarrollos y los procesos de urbanización descontrolada, amenazan el futuro de la costa bonaerense. Ante esta perspectiva, la evaluación ambiental en la planificación y gestión en los nuevos desarrollos urbanos costeros, adquiere un valor superlativo
El pasado 5 de junio, en conmemoración del Día Mundial del Medio Ambiente y continuando el dialogo con vecinos de la zona, se desarrolló en Mar de las Pampas el taller “Un futuro deseado, un futuro posible”. En el encuentro organizado por la SOFO (Sociedad de Fomento Mar de las Pampas) y con la contribución del foro ProCostas, se compartió la charla “Urbanizaciones Sustentables: El valor de la evaluación ambiental en la Planificación y Gestión del Desarrollo Urbano” a cargo de la Arq. Celeste Siccardi, especialista en planificación ambiental de desarrollos costeros y miembro de ProCostas.

Durante su charla, Siccardi afirmó que “las urbanizaciones costeras de la provincia presentan fuertes vulnerabilidades frente a los procesos de antropización del espacio litoral. La tendencia actual de transformación no otorga a la gestión ambiental el valor que debiera, cuyo rol está orientado a resolver, mitigar y/o prevenir los problemas de la acción humana en el territorio costero”.
Los proyectos de urbanización toman la evaluación ambiental como un requisito meramente administrativo. Se subestima el impacto sobre el ambiente, y los costos futuros derivados de malas decisiones. La arquitecta Siccardi cree que “incorporar la variable ambiental a las evaluaciones practicadas antes de decidir las inversiones resulta de suma importancia, pues el análisis del soporte natural, su potencialidad, su tratamiento preventivo en cuanto a su tasa de renovabilidad, posible contaminación y aplicación de eventuales medidas de mitigación, aseguran que la rentabilidad del emprendimiento sea genuina, segura, y con el riesgo de impacto negativo al medioambiente acotado tanto en la etapa de construcción como de utilización.”

En este contexto, más que hablar de ciudades sostenibles, resulta claro que seguramente debemos de hablar de “una estrategia de transición capaz de paliar, al menos, la creciente insostenibilidad, definiendo un protocolo de mínimos que, al establecer un marco inequívoco de prioridades, ayude a romper, e incluso a reconducir en favor de la sostenibilidad, las principales inercias mentales e institucionales que la dificultan”.

Así mismo fue motivo de reflexión la necesidad de avanzar hacia una jerarquía mayor de análisis que incluya una mirada regional de los cambios, con proyección en el tiempo, que permita predecir escenarios e incluirlos en la planificación del territorio costero. La Planificación ambiental estratégica es un instrumento que avanza claramente en ese camino. Desde su concepción más amplia, consiste en aplicar los principios de la Evaluación de Impacto Ambiental (EIA) a políticas gubernamentales, planes (sectoriales y territoriales) y programas de acción, en ejecución o propuestos. Su utilidad está dada por “la visión de amplio espectro con que permite evaluar, facilitando así que los proyectos de inversión públicos y privados se inserten dentro de esa visión global de un modo armónico con los objetivos de calidad ambiental. Y además, porque permite una participación informada de la comunidad local en el desarrollo del lugar" ( Nichoison 1997).

Desde el punto de vista social, la evaluación de impacto ambiental (EIA) es un instrumento participativo para que los propios habitantes de una región intervengan en la defensa de su ambiente, en nuestro caso, de su patrimonio tangible e intangible. Esta experiencia es bien conocida por los vecinos del balneario Cariló, donde la participación pública en la planificación urbana tiene un protagonismo orgánicamente instalado, luego de nueve años de trabajo para establecer al lugar como Paisaje Protegido de Interés Provincial.

En lo que respecta a lo local, en esta oportunidad se ha retomado el diálogo iniciado durante el pasado año, en que se compartieron las motivaciones de la comunidad en relación a la puesta en valor del espacio costero y la identificación de temas prioritarios que requieren atención. Así mismo, la importante participación de vecinos de Mar de las Pampas, Mar Azul y Gesell nutrió el debate de nuevos enfoques, surgiendo algunas interesantes propuestas para tratar en conjunto los problemas comunes.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que hace que una persona cambie en un 100% su linea de pensamiento cuando accede a ciertos espacios de poder?

"EL FUNDADOR", Villa Gesell, 6 de julio de 2001

URBANISMO Y RUTINA, por Luis Castellani, arquitecto

EL MÉTODO DE 1979

Para concebir el Plan de Ordenamiento Urbano de 1979 lo primero que se presentó fue un estudio de la realidad de la ciudad en ese momento, y de sus conclusiones surgieron los fundamentos. Esta forma objetiva de planificación permite la discusión racional de las propuestas. Cuando se fueron agregando reglamentaciones fuera de su inserción dentro de un fundamento abarcativo, las primeras ideas empezaron a deformarse y lo que he llamado urbanismo burocrático creó un galimatías de ordenanzas y contra-ordenanzas que piden a gritos un digesto final, cuyo ideal sería no una mera aglomeración de reglamentos, sino una reformulación de los fundamentos.

Simplificación de la burocracia

Si no se buscan los fundamentos a partir de la doble vertiente de la realidad y las aspiraciones de los habitantes se simplifica el problema y en lugar de crear algo nuevo se repite la rutina establecida. Así notamos que la visión del Plan Estratégico unifica el caso de Mar de las Pampas con Mar Azul, como si fuera un problema urbano similar, cuando es notablemente diferente. Por eso es importante la defensa que los propios vecinos están llevando a cabo en Mar de las Pampas. Reaccionan contra la simplificación que no considera el anhelo particular y diferente de sus habitantes.
El urbanismo burocrático no ve, no siente, no aprecia lo concreto. El excesivo hablar, las normas redactadas desde un escritorio, no perciben la necesidad de caminar la ciudad para entenderla.

Una población alerta

Lo interesante de Mar de las Pampas es pensar una ciudad desde su inicio, y que sea una ciudad donde sus habitantes estables se reúnen y discuten su crecimiento y, sobre todo, su paisaje final. Este estímulo poderoso para cualquier urbanismo no parece tener eco en un Plan que se limita a zonificar en forma convencional, sin entusiasmo, copiando las normas de Gesell como si fuera una ciudad igual y que requiere un crecimiento igual, en suma, dándole un tratamiento burocrático.
Los marpampeanos en cambio tienen claro una imagen final, y eso es el comienzo de la verdadera planificación.

Ausencia de la 3

La decisión más importante con la cual nace Mar de las Pampas es la ausencia de la Tres. Esta ausencia es algo notablemente creativo. Sin embargo, la fuerza arrolladora, que la ataca desde ambos flancos, ha hecho hasta el día de hoy que tenga un crecimiento indeciso y ajeno al trazado en el Plano. En efecto, en éste vemos el acceso principal desde ambos lados en su límite más alejado de la playa, formando una vía de circulación rápida asimilable al Boulevard, de cuyos extremos sale una forma curva que recorre la ciudad. Sin embargo, la llegada desde Gesell se da en la realidad en un lugar absolutamente inapropiado para el trazado propuesto, como se puede ver en el plano. Entonces, contra todo lo esperado, aparece triunfante nuevamente la Tres, y tiene lógica la presión inmobiliaria para incluir comercio en ese trazado espontáneo que no se plantea originalmente como comercial.

La primera acción

La primera medida realmente creativa sería cambiar el acceso. ¿Puede hacerse? La espina central, la fuerza de la Tres, se impone con tal firmeza que parecería natural seguir ese trazado. Pero la planificación no necesariamente debe responder a lo que "parece" natural. Porque en realidad, si se hicieran algunas obras en las zonas sin personalidad de ambos lados de Mar de las Pampas, se podría afianzar su trazado de forma que el recorrido pareciera tan natural como el actual, y respondería a los anhelos más profundos del fundador y de sus habitantes. Porque lo que decide el planeamiento, en última instancia, es la Obra Pública, y no los papeles. De allí su enorme importancia para la felicidad de una comunidad.